Prácticas de escritura en el aula

El objetivo de estas publicaciones es brindar herramientas que permitan a formadores y maestros volver la mirada sobre sus prácticas de enseñanza, extrañarse de las mismas, alejarse y, con el lente de observadores perspicaces, tratar de develar qué hay detrás de ellas, qué intenciones las configuran, cuál es su rol como maestros, qué papel juegan los estudiantes y, algo muy importante, para qué se lee y se escribe en ese micromundo que es la escuela; es claro que ella debe generar las experiencias de aprendizaje suficientes para que niños, niñas y jóvenes sean sujetos de derecho y ciudadanos activos en su contexto social, cultural y político.

Esta es una apuesta por la reflexión sobre la práctica que posiciona al maestro como un sujeto crítico, capaz de interrogar su quehacer pedagógico y, a partir de allí, encontrar las posibilidades para fortalecerlo, particularmente en lo que tiene que ver con la lectura y la escritura, planteando caminos de mejoramiento en los que leer y escribir adquieran sentido y se sitúen como prácticas socioculturales que se trabajan en la escuela, pero no solamente para ella.

De esta forma proponemos un camino, una ruta de trabajo que esperamos logre transformar las concepciones sobre la lectura y la escritura, muchas veces materializadas en tareas mecánicas, sin un sentido claro, cargadas de consideraciones excluyentes sobre quiénes pueden escribir, qué se debe leer y con el único propósito de evaluar. Es necesario dejar atrás estas premisas y estos usos, a fin de avanzar hacia prácticas de lectura y escritura que transformen, permitan aprender y generen condiciones para la participación en la vida ciudadana. Estas prácticas deben propiciar situaciones de aula en las que niños, niñas y jóvenes puedan ponerse en contacto con otros a través de la palabra, en las que la intención de comunicar, de sentirse productor de algo y, ante todo, un interlocutor competente, hagan de la práctica de enseñanza un espacio de inserción cultural y de interacción humana, donde todos los actores involucrados tengan la oportunidad de aprender.

La invitación de esta obra es, entonces, comenzar el camino de interrogación de la práctica, un camino en el cual actividades como la transcripción mecánica, el dictado, las consignas de escribir un único y posible texto, la costumbre de corregir solamente los aspectos formales de la producción escrita, y otras prácticas evaluativas, se toman en consideración para preguntarse qué conceptos sobre la escritura subyacen a esas prácticas, cómo reconocer lo que es y lo que no es significativo para los estudiantes, cómo ajustar estas prácticas para mejorarlas y lograr mejores aprendizajes. Esas son las reflexiones que esperamos despierten la lectura y la escritura compartida de la presente cartilla.

Prácticas de escritura en el aula
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